Oroso enriquece su patrimonio

No era más que una instalación abandonada. Algo que el peregrino econtraba en el Camino Inglés a su paso por Oroso y al que nadie hacía el menor caso. Es más, su aspecto entraba en la categoría de lo lastimoso y su nombre solo figuraba en la memoria de los vecinos: lavadero de Dolores, construido en torno a la mitad del siglo pasado en un lugar algo alejado de las casas. 

Eso era en el pasado. El presente es justo el contrario: el peregrino no se detiene a descansar y, en el ya ido y largo verano, a remojarse con el agua fresca que sale del caño. Su aspecto debe calificarse de inmejorable y una placa recuerda a todos que eso es lo ques: el lavadero de Dolores. "Non só está a placa -dice el edil orosino responsable del Camino Inglés, Antonio Leira-, senón que o Concello puxo alí un panel explicando a importancia dos lavadoiros no mundo rural galego naquelas épocas nas que non había lavadoras".

Porque la iniciativa de recuperar la instalación partió del propio Leira, que contactó con los actuales propietarios (familiares directos de Dolores), quienes a su vez dieron todas las facilidades para dar lustre a un enclave para ellos entrañable. "Dá gusto ter veciños así - manisfestó por su parte el alcalde, Luis Rey- , porque con esa actitud positiva cada día podemos mellorar a contorna onde vivimos".

Y un broche final no de oros pero se le acerca. En los siete kilómetros y medio de Caino Inglés en el concello de Ordes los pereqrinos se encuentran con cuatro fuentes. La primera en el núcleo de A Baxoia. La segunda es la famosa de A Santiña, ya referenciada por el padre Sarmiento, la tercera es el propio lavadero de Dolores y la cuarta ha sido instalada recientemente en el Paseo dos Peregrinos Ilustres, a la entrada de Sigüeiro. Y preguntados en esta localidad esos mismos peregrinos, lo segundo más valorado en el tramo orosino fue el conjunto de fuentes. Lo primero, por cierto, la naturaleza con sombra.

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